Lancôme quiso dar una orientación de intimidad a los perfumes femeninos, con una fragancia que se dé inmediatamente a conocer, identificable, un elixir para "sentirse feliz" El Perfumista creador, Sophia Grosjman es especialista de aromas de rosa.

En un principio, creó este perfume para ella misma, para que dé "ganas de abrazar". Sedujo a Lancôme cuyo emblema es la rosa. Es el 12º perfume de la marca en 28 años. Antes de salir, el proyecto fue retocado siete veces. Su inmenso éxito mundial y la imagen de un perfume para una misma y no para los demás, marcó un cambio en la perfumería de los años 90.

Descripción

La cabeza es afrutada con piel de melocotón y de albaricoque, el corazón es fundamentalmente de rosa. El empolvado del iris, del heliotropo y de la violeta respaldan con acierto el sándalo y el almizcle de fondo con una estela identificable de mucha presencia.

Cabeza: Melocotón, Albaricoque, Piña, Bergamota
Corazón: Rosa, Iris, Heliotropo, Jazmín
Fondo: Sándalo, Almizcle, Vainilla

Frasco

El frasco es una creación de Areka, estudio interno de Loreal, al que se solicitó crear un "frasco de felicidad", un objeto que de ganas de manejarlo. El color rosado se refiere a la luz de la puesta de sol. Su nombre es el del un antiguo perfume de Lancôme.